Juan Cacho representa, sin duda, el espíritu gamberro que todos llevamos dentro. Nos da una realidad interpretada desde una perspectiva especial, bajo un punto de vista diferente sobre situaciones que todos estamos acostumbrados a ver pero no a admitir. ¿O es que nadie ha escuchado como cuchichean las vecinas del bloque despellejando a cualquier ser viviente? ¿O es que eso no lo hemos hecho nunca nosotros? Desde luego que si lo hemos hecho no vamos a admitirlo y es más pondremos mala cara cuando alguien lo hace y eso con todo ¿Quién no ha sufrido desengaños amorosos? ¿O amores no correspondidos?
Se trata de enseñar esa intrahistoria que se esconde en un barrio obrero malagueño como puede ser cualquier otro, sin hipocresía mezclando la cotidianeidad de la vida diaria con las más desternillantes y estrambóticas aventuras.
El resultado de toda esta mezcla es Juan Cacho, una novela en la que nada es lo que parece y bajo las apariencias se esconden personajes mucho más profundos de lo que se ve a simple vista.
Como dice en el prólogo el autor, con este libro no pretende dar respuestas a preguntas trascendentales, sino hacernos pasar un buen rato con las aventuras de su protagonista, el cual ve la vida de una forma particular, sarcástica y humorística, afanado en explicar la conducta humana a partir de originales teorías matemáticas, y de un elenco curioso de personajes a cuál más divertido que harán de la vida de el pobre Juan un verdadero caos. ¿Sobrevivirá? Sólo hay una forma de averiguarlo…
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